Ahora que ya estoy de regreso del viaje por Jordania me es fácil, incluso cómico, poder contarles sobre la llegada a aquel país del Medio Oriente. Cómico, en el sentido de que cualquier prejuicio que llevaba desde México relacionado con inseguridad, se desvaneció con solo transitar por sus calles por unos cuantos minutos.
Luego de casi 18 horas de vuelo a cuestas desde la Ciudad de México, incluyendo una escala hecha en Madrid, llegábamos al filo de las 11 de la noche al Aeropuerto Internacional Queen Alia, localizado a las afueras de la capital jordana, Amán; un amplio, moderno y bonito aeropuerto que aún está en proceso de construcción en algunas de sus secciones.
Visa y tipo de cambio
Lo primero, como en cualquier vuelo internacional, es pasar por migración. Para los viajeros mexicanos sí es requerida una visa para poder entrar al país, en este caso puede ser visa on arrival (visa al llegar), la cual tiene un costo de 40 dinares jordanos (JD), algo así como $56 USD (1 JD = $1.4 USD).
Como en algunos países suele ocurrir, las personas en los mostradores de migración no cuentan precisamente con una cara que diga “bienvenidos, pase usted.” Tampoco digo que haya recibido algún mal trato, sólo que así suele ser la norma ocasionalmente.
Una vez ya oficialmente dentro del país, nos da la bienvenida un representante del Buró de Turismo de Jordania, quien nos presenta al que sería nuestro guía durante todo el recorrido por Jordania.
Salimos del aeropuerto, en una noche bastante fría por cierto, nos subimos al autobús y tomamos rumbo al hotel, el cual estaba a unos 45 minutos más al centro de la ciudad.
¿Cuál inseguridad?
Aunque 45 minutos puedan parecer un patrón demasiado corto para medir si una ciudad es peligrosa o no, para mí fueron más que suficientes para comprender que la idea que tenemos en México de que la situación en Jordania es caótica, y casi casi, un país en guerra, es falsa.
Avenidas bien iluminadas, señalamientos de tráfico en excelente estado, calles limpias, orden vehicular, y el solamente ver uno que otro vehículo oficial de emergencia, fueron los aspectos principales que hicieron darme cuenta de inmediato que la percepción general de Jordania que tenemos en nuestro país es errónea. En posts próximos les iré mostrando más hechos que fueron respaldando lo que les comento.
Ya instalado en el hotel, el Four Seasons Amán (del cual les contaré muy pronto), me reporto con familiares y amigos para avisar que he llegado, y como era de esperarse, la pregunta de todos era relacionada con la seguridad. De inmediato procedí a comentarles lo que les acabo de narrar para tranquilizarles.
Como cualquier país, tendrá sus puntos buenos y malos obviamente, de lo que sí estoy seguro que pude captar luego de mi experiencia personal, es que nada tiene que ver la mala fama que vemos en las noticias y que se carga de sus países vecinos como Arabia Saudita, Irak, Siria e Israel.
Mi percepción de Jordania había cambiado casi de inmediato y lo fui corroborando con el transcurso de los días. Espero poder transmitirles lo mismo conforme les vaya contando mis experiencias en los próximos posts.
Sigue los pormenores de #viveJORDANIA en Twitter.
2 Comments
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Fernando
mayo 8, 2015 at 11:43 am
Me gustó! 🙂
Felicidades.
V.V.
mayo 9, 2015 at 1:23 pm
Gracias!