5 playas imperdibles que brillan en la oscuridad
Para nadie es un secreto que las palabras playa, brisa y mar son música en los oídos para los amantes del agua salada. Y no es para menos, los rayos picantes del sol, la brisa refrescante del mar y la suavidad de la arena; son razones suficientes para que, a la hora de planificar unas vacaciones, el primer pensamiento que llegue a nuestra mente sea el de visitar algún destino que nos ofrezca un poco de todo esto.
El día de hoy Andrea Vargas de Viajala nos propone que visitemos una de estas alucinantes playas que, no sólo son increíbles en el día sino también en la noche porque ¡brillan en la oscuridad! Para que vivas la experiencia playera de una manera diferente. ¿Te le mides?
Vaadhoo – Islas Maldivas
Esta isla deshabitada es famosa por su “mar de estrellas”, un bellísimo fenómeno producto de la reacción química natural que se da cuando el plancton de las algas marinas que allí habitan, se acumula en la orilla y entra en contacto con el oxígeno del aire; produciendo que esa parte del mar se pinte de un azul brillante.
El fenómeno se produce cuando hay temperaturas muy altas y noches muy oscuras, sin embargo es posible admirarlo en cualquier época del año.
Bahía Mosquito – Puerto Rico
Esta hermosa bahía, ubicada en la isla Vieques de Puerto Rico, es una de las más iluminadas del mundo durante las noches debido a la presencia de ciertos microorganismos como hongos, bacterias y luciérnagas que producen luz al ser agitados por el agua.
En total son tres los lugares en Puerto Rico que contienen las características necesarias para que se produzca el fenómeno, estas características son: salinidad, temperatura, nutrientes y material orgánico proporcionado por el arbusto del manglar y el intercambio entre las aguas de la bahía y el mar. Estos lugares son: la Laguna Grande de Fajardo y la Parguera, en Lajas.
Laguna de Manialtepec – México
Esta hermosa laguna, ubicada al oeste del estado de Oaxaca, es uno de los grandes tesoros mexicanos, y en la noche brinda un espectáculo que no te puedes perder. Al igual que las anteriores, el efecto de la bioluminiscencia produce que los microorganismos que se encuentran en la orilla irradien luz al entrar en contacto con aguas agitadas.
La mejor época para poder disfrutar de este espectáculo es durante la temporada de lluvias, que es más frecuente en el mes de septiembre. Además, cerca a la laguna hay varios miradores para que disfrutes de una de las mejores vistas del lugar.
Bahía de Toyama – Japón
De marzo a junio la Bahía Toyama, ubicada en el centro del mar de Japón, se torna de un color azul brillante durante la noche. ¿El motivo? Durante esta época las actividades de pesca en el lugar y olas del mar arrastran a la orilla una impresionante cantidad de calamares luciérnaga, una especie de calamar con bioluminiscencia que mide no más de 7,62 centímetros.
En estos días, también ocurre la temporada de fertilización de los calamares, quienes dejan caer sus huevos en la Bahía y cuya reunión deja ver un bellísimo espectáculo de luz que atrae a visitantes de todas partes.
Lagos de Gippsland – Australia
Durante el día los Lagos Gippsland, compuestos por los lagos de Wellington, King y Victoria; que se ubican en la región de Victoria, Australia; son como cualquier otro lago en el mundo. Pero, durante la noche, se produce un bello fenómeno que fue producto de una catástrofe nacional.
En el 2006 una oleada de incendios, tormentas eléctricas e inundaciones asolaron la región de Victoria. Estas inundaciones trajeron consigo un suelo muy rico en nitrógeno y otros nutrientes que fueron a parar al lago, provocando que surgiera un nuevo tipo de alga de color rojo durante el día pero bioluminiscente en la noche.
El movimiento del agua hace que el brillo sea más intenso y aunque al principio no era recomendable tocar el agua del lago, desde el 2009 es seguro bañarse en él. Por lo que el plan más común entre los turistas es dar un paseo en bote durante las noches para disfrutar de este asombroso espectáculo y divertirse al ver cómo el cuerpo se ilumina como si fuera un neón.
Artículo invitado, escrito por Andrea Vargas de Viajala.