Luego de una entretenida semana por suelo tabasqueño, era hora de regresar a casa, y para ello, nuestro vuelo de regreso tendría que hacer escala en una de las ciudades más grandes e importantes de México y que aún no conocíamos, me refiero a la ciudad norteña de Monterrey. Decidimos aprovechar el paso por la ciudad, y nos quedamos un par de días.
Como sabíamos que la estancia sería muy corta, y que no tendríamos tiempo suficiente para conocer todos los lugares que la ciudad tiene para ofrecer al visitante, decidimos empezar por una parte donde tendríamos acceso a varios lugares sin necesidad de tener que recorrer mucha distancia, por ello comenzamos nuestro recorrido por la ciudad en la Macroplaza de Monterrey.
Este espacio público se conforma de varios monumentos, áreas verdes, edificios comerciales, oficinas de gobierno, bancos, biblioteca, teatro, y museos. La enorme explanada fue construida en la zona más antigua de la ciudad de Monterrey, y a sus alrededores se pueden apreciar lugares y rincones muy representativos, tal como lo es el Barrio Antiguo, en donde se pueden apreciar fachadas de casas y edificios virreinales que hoy en día contrastan con la modernidad de la que poco a poco la mancha urbana ha ido tomando posesión.
Hay que irse preparado para caminar bastante ya que el terreno es algo extenso, sobre todo si lo vas a recorrer de punta a punta, además de que el calor en la ciudad se deja sentir bastante durante el verano.
Nosotros tuvimos la fortuna de que nuestro hotel, en San Nicolás de los Garza (al norte de Monterrey), tenía fácil acceso al transporte del metro. Así que nos subimos en estación Anáhuac, y nos bajamos en la estación Ignacio Zaragoza.
De ahí ya solo era cuestión de elegir por donde íbamos a comenzar. Lo que es notorio de inmediato es el Faro del Comercio, una enorme estructura anaranjada que en sí, no le vimos mucho caso, pero dicen que durante la noche un láser verde se enciende en lo más alto y se puede ver desde varios puntos de la ciudad.
Continuamos caminando, llegamos al Palacio de Gobierno y de ahí nos dirigimos a lo que serían unas de nuestras más agradables sorpresas de la visita a Monterrey, los museos a los que tuvimos oportunidad de entrar,principalmente lo que fueron el Museo de Historia Mexicana y el Museo del Noreste. Muy buenas las exhibiciones que encontramos en ambos lugares. Pero de ellos, les daremos más detalles en el siguiente post.