El culto a la muerte en la época prehispánica era fundamental dentro de su cultura.
El significado de esta celebración proviene de la visión indígena, en la que las ánimas de los difuntos realizaban un regreso transitorio a casa, al mundo de los vivos, con el fin de convivir con sus familiares, alimentándose de la esencia de la comida que se les ofrendaba en los altares montados en su honor.
Cuánto dura la celebración
El colorido de las flores de cempasúchil —distintiva del Día de Muertos— empieza a poblar los diferentes lugares donde se lleva a cabo esta celebración a partir del 28 de octubre, cuando las familias comienzan a construir sus altares. Estas ofrendas son una auténtica explosión de tonos en las que conviven decorados de las flores de cempasúchil, papel picado, calaveritas de azúcar, pan de muerto, veladoras, mole o algún platillo del gusto de los familiares a quien va dedicado el altar.
La tradición dicta que el día 1 de noviembre corresponde a Todos los Santos, es decir, los “muertos chiquitos” o niños, mientras que el día 2 es para los Fieles Difuntos, los adultos.
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Festival de Calavera en Aguascalientes
La Catrina, ese personaje hoy tan popular en cualquier celebración de Día de Muertos, tiene su origen en esta ciudad. Su creador fue José Guadalupe Posada, pintor y caricaturista nacido en Aguascalientes, y quien es considerado como el precursor del movimiento del arte mexicano. Año con año, durante 10 días se celebra el Festival de Calavera. Este 2022 —del 28 de octubre al 6 de noviembre—, el Centro Histórico de esta ciudad se poblará de estas figuras emblemáticas, además de un desfile de muchas otras actividades alrededor de esta celebración, como por ejemplo concursos de altares, pabellón de pan de muerto, una mega ofrenda, presentaciones de danza, conciertos y hasta eventos deportivos.
Festival de la Luz y la Vida
En Chignahuapan, Puebla, hay una celebración que llama la atención desde su nombre. Es curioso que una celebración con temática de Día de Muertos se llame Festival de la Luz y la Vida, pero hay que recordar que, en México en general, esta celebración nunca será solemne. Así, este año, en el estado de Puebla –del 29 de octubre al 1 de noviembre– se celebrará este evento que tiene por objeto obtener la purificación de las almas.
¿En qué consiste? Es una ceremonia prehispánica que se desarrolla en un teatro al aire libre en la laguna de este pueblo mágico. Alrededor de ella se realiza el encendido de la Magna Ofrenda de las Mil Luces, donde la gente camina con las veladoras y antorchas encendidas rumbo a la laguna, adornada de flores de cempasúchil. Al final, más de mil veladoras estarán encendidas en el altar que recibirá a las almas que nos visitan durante esta conmemoración.
Oaxaca
La capital del estado del mismo nombre lleva a cabo una celebración que tiene una particularidad: las comparsas. Se trata de desfiles llenos de colorido y música –también conocidos como Muerteadas–, donde suelen participar varios barrios y regiones de Oaxaca. Durante el 1 y 2 de noviembre, estos desfiles recorren las calles, con gente disfrazada de catrinas, diablos y calaveras, entre muchos otros; bailan mientras deambulan por diferentes arterias de la ciudad.
El desfile que hoy en día se lleva a cabo en la CDMX puede encontrar aquí su origen. El momento también se presta para conocer la rica gastronomía oaxaqueña, pues toda la celebración del día de muertos se extiende del 27 de octubre al 2 de noviembre.
Mixquic, en Ciudad de México
Empecemos por un destino dentro de la capital mexicana. En la Alcaldía de Tláhuac, al sur de la capital mexicana, está un pequeño poblado llamado Mixquic, que significa “donde hay mezquite”. Tan solo a una hora de Xochimilco, aquí la celebración se apega a las tradiciones mexicanas y tiene lugar al mismo tiempo que la feria del pueblo. El día 2 de noviembre por la madrugada se realiza “La Alumbrada”, en la que miles de velas iluminan las tumbas decoradas con flores. Lo festivo no podía faltar, pues además de rica comida, se escuchan grupos de mariachis o tríos que amenizan la ocasión.
Michoacán: Pátzcuaro y Tzintzuntzan
Ambos son lugares obligados para vivir esta experiencia a full y tener la cámara lista. De hecho, prácticamente a lo largo de toda la región lacustre de Michoacán —que engloba una veintena de poblaciones indígenas— se recibe año con año a miles de visitantes para atestiguar este culto. Por la mañana del 1o de noviembre se celebra a los angelitos (los niños), y justo quienes dirigen esta conmemoración también son niños. En un ambiente festivo, la idea es ir a los cementerios y colocar en las tumbas flores, dulces y los juguetes que los pequeños no pudieron disfrutar.
Por la noche, familias enteras velan a los muertos mayores en los cementerios, los cuales son un destello de color después de ser adornados por las mismas. Al amanecer se intercambian alimentos entre las familias presentes en el culto.
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