Hay quienes dicen que al corazón se llega por el estómago y esto se convierte en una gran verdad cuando hablamos de la gastronomía de Malasia.
Para empezar, ubiquémonos: Malasia es un espectacular destino del Sureste Asiático que, si bien muchos identifican por las emblemáticas Torres Petronas en su capital Kuala Lumpur o sus espectaculares ediciones del Gran Premio de Malasia de Fórmula 1 -cada vez más popular, con la participación de Checo Pérez- se convierte cada día más en un destino que atrae por sus increíbles bosques -aquí está la selva más antigua del mundo-, su multiculturalismo, sus playas… ¡sus playas!, su biodiversidad, sus interminables campos de té, sus resorts de lujo, Georgetown y su rica historia viva, por ejemplo, en la ciudad de Melaka.
Una cosa es segura. En Malasia no existe modo de que te aburras o de que no te asombres.
Existen diversas maneras de llegar a Malasia desde México. En todos los casos, ya sea que llegues por la Costa Oeste de América del Norte o vía Europa, es un viaje largo, por lo que seguro vas a llegar con hambre, y aquí es donde caerás enamorado de Malasia.
Podríamos hablar o enumerar los muy diversos platillos locales, producto, precisamente, de la diversidad cultural que caracteriza al país: malayos, indios, chinos y otras etnias conviven, además, con la fuerte influencia europea, inglesa, holandesa y portuguesa.
Hablamos, por supuesto de dim sums, tandoori y noodles, pero también de nasi lemak, roti canai, laksa, popiah, cendol, char koay teow, satay, nasi goreng kampung, tostadas de kaya.
La base de toda comida malaya es una variedad local de arroz, que tiene características de fragancia específicas y que se encuentra en todos los hogares del país. Los fideos son otro ingrediente muy popular: Mee Hoon, Kuay Teow, Mee, Mee Suah, Yee Meen, o los Tang Hoon, por mencionar algunos.
De igual modo, el pescado es parte de la dieta malaya, seguida por el pollo y la carne. De hecho, entre los platillos más populares de Malasia se encuentra el satay de pollo, las brochetas de carne o un buen marinado en especias a la parrilla sobre un fuego de carbón y servido con una salsa de cacahuate dulce y picante.
Ninguna buena comida malaya puede prescindir de su bebida favorita, el Teh Tarik, un té dulce y lechoso, a base de té negro combinado con leche condensada. Es tan popular que se considera la bebida tradicional de Malasia.
Todos sabemos que una buena manera de saber si un lugar es bueno para comer, cuando está lleno de gente local. Así como en Oaxaca el Pasillo de Humo del Mercado es garantía de excelente comida local, Jalan Alor es la respuesta de Kuala Lumpur. Este es el lugar ideal para todo principiante y amante del buen comer. Jalan Alor es la calle designada para los pequeños puestos de vendedores ambulantes que ofrecen comida típica buena, limpia y muy accesible.
Ubicado cerca de la bulliciosa zona de Bukit Bintang, no cabe duda: ¡Jalan Alor es la joya gastronómica en medio de Kuala Lumpur! En pocas palabras, es un referente que no puedes dejar de visitar. Desde que cae la tarde y hasta el amanecer, este es un lugar necesario en tu lista de imperdibles de viaje.
Además, los malayos son muy amigables, por lo que la mayoría de los negocios y puestos ambulantes cuentan con menú en inglés, para que no te pierdas al pedir ala de pollo a la parrilla, Satay ahumado, curry mee, fideos Hokkien o char kway teow, por ejemplo.
¿Y de postre? Prueba alguna de las frutas tropicales de Malasia como el rambután, el mangostán, el mango o el rey de la fruta: Durian. Si aún no son suficientes para mantener tu estómago satisfecho, cierra con broche de oro, con un indispensable helado de coco.