El siguiente es un guest post de Carlota Miranda quien cuenta sobre sus experiencias cuando decidió dejar todo lo que conocía atrás para mudarse al enigmático país de Marruecos.
Ella está detrás del interesante blog de viajes y vivencias No es Nada Personal.
El comienzo de algo más que una aventura
Con tan solo 20 años ya había tenido la inmensa suerte de haber podido trabajar como profesora, mientras estudiaba mi carrera de ingeniería, para poder viajar en varias ocasiones por distintos países de Europa. Con nuestra mochila y nuestra ilusión habíamos visitado Italia, Portugal, Francia, Alemania, Bruselas, Inglaterra, Holanda… Disfruté mucho conociendo otra gente, otros lugares, otros entornos… Pero ningún viaje de aquellos me cambió la vida.
Fue en Septiembre de 2010 cuando compré con dos amigas el billete de avión más barato que encontramos en ese momento. El destino era Fez, en Marruecos, y no nos lo pensamos demasiado. No sabíamos prácticamente nada del país vecino pero tampoco teníamos ningún prejuicio que nos impidiera viajar hacia allá.
Era la primera vez que viajábamos sin plan, sin alojamientos reservados, sin una ruta clara. Sólo sabíamos que llegaríamos a Fez y volveríamos a España desde Marrakech. Y fue suficiente para que aquel viaje rompiera todos nuestros esquemas y nos hiciera ver la vida de otra manera. Marruecos es una bomba para los sentidos, una inyección de adrenalina, una lección de vida y de humildad, una mezcla constante de música, olores, colores y sabores, un lugar lleno de magia y encanto, un placer para los sentidos, una visión de la realidad diferente a todas las demás, una religión mal entendida por la mayoría, una cultura hacia la que se tienen muchos prejuicios sin fundamentos, un escenario que no deja indiferente a nadie, un sinfín de costumbres y tradiciones que te traspasan, un paraíso para los que lo visitan con la mente abierta y con ganas de ser mejor persona, un país amable, honesto y hospitalario que te acoge, te sorprende y te deja huella.
Si estás vivo, Marruecos te cambia la vida por completo y desde aquel viaje en 2010 ya nada volvió a ser igual. Durante todo ese tiempo no viajé a ningún otro lugar fuera de mi país que no fuera Marruecos. No lo necesitaba, allí encontraba todo lo que buscaba. En menos de dos años volví cinco veces más, una de ellas durante casi un mes. Al acabar la carrera decidí marcharme a vivir a Londres pero en poco más de tres meses me di cuenta de que aquel no era mi sitio, de que allí no era yo. Me sentía fuera de lugar. Hacía un par de años que me había dejado el corazón en Marruecos y decidí apostar por lo que me hacía feliz. Decidí coger mis cosas y plantarme a vivir en Rabat. Y fue, sin duda, la mejor decisión que he tomado nunca. Una decisión llena de ilusión y de ganas. Una apuesta arriesgada para muchos, pero entendida por todos los que, como yo, han vivido la magia de un país que siempre viaja en ti.
En el blog de Carlota puedes leer más sobre las cosas que ha aprendido en Marruecos y sobre muchas otras de sus vivencias y maneras interesantes de ver la vida.
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Siente Marruecos (Mariluz)
septiembre 10, 2015 at 9:58 am
Gran artículo. Siempre he pensado que Carlota en una de las mayores difusoras de la cultura marroquí porque, frente a otros bloguers que tratan el país desde un punto demasiado didáctico, ella habla desde la pasión y el inevitable choque cultural en la convivencia, con todas las conclusiones necesarias al respecto.
Un blog que a lo mejor no le resulta a todo el mundo cómodo de leer, en el que caben todo tipo de discrepancias, pero que es completamente necesario.